domingo, 28 de septiembre de 2014

El comienzo.

Queremos ser más.

Quiero que sepas que estoy orgullosa. 
Llega un día en el que te levantas y te piensas que todo va a ser una mierda porque ese día te deberías enfrentar a uno de tus mayores miedo y tu primera opción es salir corriendo sin mirar atrás para no ver lo cobarde que eres. 
Ayer por primera vez, me armé de valor y me enfrenté a esa situación que tanto temía. Para que sepas de lo que hablo, desde pequeña he temido estar en un grupo de gente con la cual no me llevo mucho o simplemente no conozco,me cuesta mucho abrirme a esas situaciones y me agobio muy rápidamente, quizás por mi poca autoestima, mi escasa seguridad o por mi cobardía. Pues bien, ayer tenía que hacer frente a ese miedo porque si huía, volvería a ser la misma historia de siempre. 
Me sequé las lágrimas, cogí una bocanada de aire y salí de mi casa con la esperanza de que el día se pasará lo más rápido posible. 
Cuando llegué miré el móvil con la esperanza de que alguien respondiera a mi llamada de socorro. El día fue pasando y me iba integrando un poco más a medida que pasaban los minutos. Seguía tensa. Llegó el momento en el que desperté y me di cuenta de que la situación no podía seguir así, fui a ese lugar porque realmente yo quería, quería cambiar mi perspectiva y quería sentirme participe de algo. Me armé de valor y hablé con la persona idónea para comentarle el cambio que quería dar. 
Los resultados fueron:

"A es una chica que tiene las cosas muy claras, sabe lo que quiere y sabe lo que la cuesta y va a por ello con toda su ilusión y fuerzas"
"A tiene muchas ganas, viene con muchas fuerzas y me encanta ese cambio de mentalidad que ha tenido repentinamente"
"Me encanta que siempre que hablas con ella tenga una sonrisa en la cara, te da seguridad, confianza y por supuesto, felicidad. Debería valorarse un poco más"

Todas estas palabras por parte de personas con las que quería compartir este camino, me dieron muchas fuerzas y muchas dosis de motivación. 
Me di cuenta que no es bueno atarte a una persona a la que quizás ni siquiera importes, que no por ella tienes que dejar de hacer ciertas cosas o hacer otras. Quizás esa persona no merece la pena tanto como creías y te puede decepcionar una vez tras otra. 
Yo no soy de pensar en que una persona cambia para mal porque en mi caso, al enfrentarme a esta situación que me produjo un estado de ansiedad inexplicable, me ha hecho cambiar para bien. 
La moraleja de todo esto, diría yo, es que siempre somos más fuertes de lo que pensamos, que los cambios comienzan con las ganas que tenemos de que se produzcan, con la intención y sin importarte los demás. Solo necesitas una dosis de confianza, en mi caso, ando escasa de eso y bueno, aquí estoy, orgullosa de mí misma y en el comienzo de un día que da pie a este proceso de cambio que tantas buenas cosas me va a dar. 

martes, 23 de septiembre de 2014

Cuestión de modas.

"Para ser irreemplazable, uno debe ser diferente"
Coco Chanel

La verdad es que siempre he visto la moda como una forma de expresión.
No vistes igual cuando tienes 5 años que cuando tienes 15 años, o quizás sí. Quizás con 15 años sigues teniendo la misma mentalidad que cuando tenías 5.
La moda es una forma de exteriorizar nuestra personalidad, nuestros gustos. Entonces, ¿por qué ir a la moda? ¿por qué ir todos iguales?
En uno de mis incontables paseos por las tiendas de ropa me he dado cuenta de que en todas las tiendas se vende la misma ropa, LA MISMA. Joder qué coñazo. 
Pero claro, ser diferente, vestir diferente, está fuera de lugar. Dichosos prejuicios y primeras impresiones. 
Es obvio que a una entrevista de trabajo no vas a ir con la misma ropa que te pondrías para salir un sábado noche con tus amigas, ES OBVIO. Pero aún así, desde mi punto de vista, hasta ese estilo deberíamos adecuarlo a nosotros mismos. 
Odio esa sensación de salir a la calle con lo que te sientes cómoda y que quizás no vaya con el "modelo de belleza" actual y te plaguen de miradas de desprecio y juicios sin sentido. Estas personas que juzgan son las mismas que se quejan de que nadie es original. Es como la pescadilla que se muerde la cola. 
Más allá de esto, yo - más complejos que chica - me considero una chica normal pero con su propio estilo y estoy harta de enfrentarme a los estúpidos juicios de la gente, estoy harta de enfrentarme a cánones de belleza inexistentes. Pero qué se le va a hacer, no puedo hacer que no me importe la opinión de la gente, así soy. 
Pensadlo, ¿cuál es el canon de belleza en una chica joven? Creo que todos pensamos el mismo: chica de mediana altura, piernas largas, sin mucha carne, pelo largo y muy liso -a poder ser rubio- con la raya en medio y perfectamente cuidado, ojos claros u oscuros pero con pestañas largas, pitillos, zapatillas a la moda, labios rojos y el jersey o sudadera que esté más a la moda. Pues bien, desgraciadamente, hay gente que es así por naturaleza y digo desgraciadamente porque las envidio ya que no tienen que cambiar nada de ellas; pero por otro lado, afortunadamente hay personas que son totalmente distintas a ese canon de belleza y que se intentan convertir en ello; digo afortunadamente porque sino existieran no podría escribir esto. 
Me refiero a que cosas que ahora "están de moda" hace unos años eran motivo de burla o de insultos o primeras impresiones muy negativas. No seamos hipócritas y quizás yo lo esté siendo en cierto modo con este texto.
Puede que no te guste como viste una persona, puede que no te guste el estilo de esa persona pero no por ello debes prejuzgarla, no debes hacerla el vacío. Si alguien se quiere poner un sombrero, déjale que se lo ponga. Si alguien se quiere poner algo extravagante, que se lo ponga. Es su vida, su estilo. Guárdate tus críticas para tí mismo y para tus monólogos internos que tienes al llegar a casa y meterte en la ducha, por ejemplo. Es muy fácil.
Deberías de tener envidia a esas personas porque están siendo ellas mismas, no están siguiendo estúpidas modas como si de un rebaño de ovejas se tratase. 
Seamos originales, lo diferente es lo que llama la atención. Lo diferente hace que seas irremplazable, no tendrás copias y no habrá nadie como tú. 
Yo, a menudo, lucho contra los fantasmas de mi autoconcepto y con la imagen de otras chicas. A menudo me enfrento a la temida pregunta de: "¿por qué ella y yo no?" "¿qué tiene ella que no tenga yo?" "Normal que la prefiera, yo me quedo muy lejos de ser como ella" 
Cuando en verdad lo que debería de pensar es: "Ella y yo no porque al igual que la ha encontrado a ella puede encontrar a cientos como ella, la podrá cambiar por otra" "Ella no tiene lo que tengo yo, personalidad, autenticidad" "Yo me quedo muy lejos de ser como ella, pero prefiero no ser una copia barata que puedes cambiar a la vuelta de cualquier esquina" 
Esto es lo que realmente importa. 
Seamos diferentes, seamos irremplazables, seamos nosotros mismos. 
No nos obliguemos a encajar en un estúpido molde. 



lunes, 22 de septiembre de 2014

Un café urgente.


"La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas"
Aristóteles.
Menudo sabio estaba hecho Aristóteles, ¿verdad? La amistad habita en dos almas, cuánta razón. En una amistad lo puedes llegar a compartir todo, tanto que cuando desaparece, no queda nada y tú estás más perdido que una brújula sin polos. 
Esta vez no, esta vez no es así, esta vez va a salir bien porque al fin he encontrado a alguien que me completa al 90% porque el otro diez lo dejamos para las improvisaciones y la imaginación. 
Ella es la pieza que falta en este rompecabezas que aún no hemos resuelto. Ella es la que duplica mis alegría y divide a la mitad mis angustias. 
Nadie sabe cuánto he aprendido de ella. Gracias a ella soy un poquito más optimista, gracias a ella he conseguido ver el lado bueno de las cosas, he aprendido a valorar un mero café en una tarde de lluvia. 
Una amiga que consigue que una tarde en la que lo veo todo oscuro vea algo de luz, por mínima que sea. Por eso la amistad es como la fluorescencia, quizás a simple vista no se aprecie, pero en la oscuridad es la luz que más brilla.  
Una amiga con la que ningún plan es ridículo sino la aventura más intrépida de nuestras vidas. 
Una amiga con la que la palabra "diva" se ha convertido en nuestra filosofía y con la que no hay que temer ser tú misma. Sabes que ella es la correcta cuando con un simple "hola" reconoce tu malestar. 
Cuando el cansancio te supera y el estrés ocupa tu cabeza, ella está ahí para darte una ración de charlas sin sentido sobre si un patito es mejor que un pollito, charlas que hacen que te olvides de tus problemas. 
Planes, planes y más planes. Somos jóvenes, dejadnos ser como somos, dejadnos soñar y planificar nuestro futuro. 
Entre cafés y donuts, entre listas y tickets descuento, entre selfies y fotos ridículas, entre risas y lágrimas, así es nuestra amistad. 
Una amiga que su sonrisa es el mejor regalo que te puede hacer porque esa sonrisa tan preciosa es de sus puntos fuertes, es de las contagiosas. 
Puede que lo más bonito que nos digamos es un "ramera" pero basta con decirnos eso para saber que nos queremos. Ella sin hermanos, yo con uno y con la necesidad de una hermana. Aquí estamos pensando qué sería de nuestras madres si nos tuvieran que aguantar todos los días como si de sus hijas biológicas se tratara. 
Entre amores imposibles, amores posibles y desenfrenados, amores posibles y farragosos, entre 80 gatos y una proposición de matrimonio para los 40 años; se mueve una amistad. Una amistad más sólida que cualquier relación amorosa. 
Siempre he dicho que un amigo es aquel que te dice las cosas tal y como son, no te las oculta, pero sabe cómo decírtelas para que abras los ojos y te des cuenta de la cruel realidad que se hace menos dura si estás con esa persona a la que llamas "amiga". 
Yo ya no creo en las mejores amigas, creo en las divas y en las mujeres de burdel. 
Un chupito por cada duda, que así seguro que nos olvidamos de todo. 
Un París para nosotras solas. 
Una caja de Donuts de colores, uno por cada café y un café por cada resaca y laguna. 
Un anillo por cada locura. 
Una sonrisa por cada momento y una lágrima también, ¿por qué no?
Un selfie por cada amor platónico. 
Y una canción por cada anécdota que compartimos. 
Un corazón para las dos, un corazón para nuestra amistad. 

B, te quiero.


miércoles, 17 de septiembre de 2014

Para perdernos...

El verano se empieza a despedir y el calor ya se va. Empieza la época en la que quieres meterte debajo de una manta y dormir hasta que vuelva a ser verano otra vez. 
Eso es lo que he hecho, dormir, volver a mi mundo de los sueños. Pero los sueños se han nublado en cuanto me he despertado y he visto una foto suya. El dolor. 
Una foto suya, una puta foto. Ni hablamos. Cuando he visto esa foto, juro que he sentido como si me arrancaran el corazón. Es la única persona que con una simple foto hace que me ponga nerviosa, que me replantee el volver a hablarle.
Dios, como me jode no verle todos los días, como me jode no poder analizarle milímetro a milímetro para poder conocer algunas de sus manías o simplemente, para conocerle un poco más. 
Me intimida. Mucho. 
Ahora mismo tengo una maraña de mariposas en mi estómago y mi corazón para que quiere escapar de esa jaula que es mi cuerpo. Joder. Le quiero. Quiero estar con él. 
Dicen que querer a alguien es precioso pero para mí es horroroso, ¿de qué te sirve querer tanto a una persona a la que no le importas una mierda? Para sufrir. Joder, el sufrimiento es real. 
Es que poco a poco y sin darnos cuenta ninguno de los dos, me fue conquistando y yo a él también solo que ahora yo soy la que se ha quedado tirada. Estúpida. Gilipollas. Tenías que haber peleado por él cuando era necesario. Estúpida por pensarte que el te piensa. Estúpida por ilusionarte, otra vez y otra y otra y otra y otra vez si eso es resultado de un simple "hola" suyo. Joder. 
Es que te juro, os juro, que es lo que necesito en mi vida. Le necesito. ¿Después de todo? 
No llores por él, estúpida. El no derrama ni un lágrima por tí, ni siquiera esboza una sonrisa por tí. 
En parte, espero que él me lea para que algún día se de cuenta de que es el chico por el que escribo la mayoría de mis entradas, que es por él por el que perdería el rumbo para perdernos los dos si hiciese falta. 
Espero que mi corazón aguante y que mi cabeza me lleve a buen puerto.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Cenizas.

La putada es volver al mismo punto de desesperación.
Cuando piensas que al fin él ha pasado a ser un capítulo de tu vida, cuando piensas que por fin has pasado página y en verdad has dejado el marca-páginas en ese amargo capítulo para volver a releer vuestra historia. Historia inacabada, historia que ni tú ni yo sabemos cómo acabará. 
Quieres arrancar esas páginas, romperlas en mil pedazos y quemarlas hasta que solo queden cenizas de toda esa mierda vivida. Que donde hubo fuego, cenizas quedan. Fuego. Fuego es lo que tengo en mi pecho al pensar en tí, un fuego provocado por la rabia que me da al pensarte y por las ganas que te tengo. Estúpido bloque de hielo, dejame descongelarte. 
Ya no sé si vas o vienes, si me echas de menos o de más. No sé ni siquiera si paso por tu cabeza en algún momento del día. No sé. 
Dicen que un clavo quita otro clavo, lo que no saben es que si ese clavo no quiere salir, de nada sirve utilizar otro. No te quiero olvidar, pero tampoco quiero seguir con este dolor. 
Es buscarte en los ojos de otro, es buscar tus labios en la boca de otro e intentar imaginarme a qué sabrán. Es buscarte en ese antro para verte bailar y al menos, imaginar que te lo estás pasando bien, sin mí. 
Ya no sé qué hacer, ya no sé si seguir o llorar, no sé qué hacer. Estoy perdida, muy perdida. No quiero que me encuentres, quiero que te pierdas conmigo. Date cuenta de que estoy aquí, cojones. 
No te puedo olvidar, no quiero olvidarte. 

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Detalles.

¿Nunca os ha pasado que quisierais parar el tiempo en un momento exacto para poder memorizar cada sensación, cada olor, cada sonido, todo?
A mí sí, no hay día que no lo desee.
Recientemente, me ha pasado mucho ya que he estado en mi lugar favorito de todo este mundo. Allí soy feliz con personas que realmente me hacen feliz. Me olvido de todo y de todos, es una realidad paralela. Es mi pedacito de paraíso.
Este sitio no es nada exótico, nada fuera de lo normal, lo que le hace tan sumamente especial son las personas que tengo allí con las que vivo los mejores momentos de todo el año.
Una tarde, estaba tumbada en la playa e intenté memorizar prácticamente cada grano de arena que cubría mis pies. Cerré los ojos. Me quedé en silencio escuchando las carcajadas de mis amigas que discutían sobre algún aspecto estúpido de la vida. Suelen decir que las chicas solo hablamos de moda, chicos y belleza. Error. Os sorprenderiais de todo lo que debatimos.Cada una tenía una risa, única e irrepetible. Poco a poco, aún con mi cabeza entre mis brazos y los ojos cerrados, me contagiaron esa risa. Una leve brisa hacia que no hiciera ni calor ni frío, sino todo lo contrario. Entre las risas, conseguía escuchar el romper de las olas, la marea estaba baja. Me encantaba cuando el mar estaba así, dejaba una colina de orilla para poder andar por la arena mojada sin tener que chocarte con alguna sombrilla o cualquier otro elemento playero. El sol ya se estaba poniendo y se notaba como empezaba a refrescar. De repente, una de mis amigas, con una sonrisa de oreja a oreja y su pelo rizado, se tumbó encima mía y me abrazó diciendome: "pero que bonita eres". Esa amiga, como a las demás, solo la veo 15 días al año y quería aprovechar cada segundo con ellas.
Al igual que este momento, hubo otros tantos. Mi última noche fue una de las mejores de todo el verano. Una noche un tanto improvisada y nada alocada, pero muy muy dulce y divertida. No paramos de reír hasta que nos tuvimos que despedir y dejamos paso a algunas lagrimillas -por mi parte- y abrazos estranguladores. Esa noche la pista de pádel estaba más bonita que nunca o al menos, era el sitio más cómodo para tumbarse a la 1 de la noche. Mirando las estrellas, haciendonos fotos y recordando anécdotas, pasamos la última noche de verano del año 2014.
Podría hablar de mil y una anécdotas y podría hablar de todas y cada una de esas personitas tan especiales que me hacen tanta falta cada día del año. Rocío con su sonrisa deslumbrante, Pilar con su personalidad cordobesa y su risa tan peculiar, Blan con sus ideas alocadas y sus consejos tan sabios que nos salvaban de más de una, María con su ternura y su pelo rizadísimo, Carola con su personalidad única y yo, más complejos que autoestima. Ellas, ellas son de las de verdad.
Gracias por este verano.

martes, 2 de septiembre de 2014

Un huevo.

No estoy aquí para hacer poesía, no estoy aquí para darle mil vueltas a las cosas y hacer que todo parezca más complicado de lo que realmente es. Hablemos claro.
Estoy cansada, un huevo. Estoy harta, un huevo.
Estoy harta de que no te des cuenta de que estoy aquí, de que ambos estamos en la misma situación y tú no te quieres dar cuenta de que estoy delante de tus putas narices. Joder, idiota, estúpido, abre los ojos por una puta vez en tu vida.
Estoy harta de buscar tu mirada en los ojos de otro, estoy harta de buscar tu sentido del humor en otra personalidad. Estoy harta, no sabes cuanto. Un huevo y medio.
Sigo pensado -sigo queriendo pensar y convencerme- que hay alguien ahí afuera que es para mí, que no estoy sola. Pero yo, como la gilipollas más grande que soy, sigo pensando que ese alguien eres tú. Estúpida, no te ilusiones.
Nunca he sido de esas tías que cada día se lia con uno, no porque no pueda sino porque no quiero, no le veo la utilidad. He tenido oportunidades que he aprovechado y otras que las he tirado a la basura. Sigo esperando esa oportunidad contigo.
No he estado con un huevo de tíos, para nada, pero desde que te conocí, deseaba que alguno de esos fueras tú. Que tú fueras el que me sacara de la pista de baile, que tú fueras el que me preguntara si estaba bien y el que me dijera que me veía más preciosa que nunca. No sabes cuanto lo he deseado. Bueno sí, lo sabes, lo estás pensando. 
Sí, lo he deseado un huevo de veces.
Pero algo te voy a decir, imbécil, te quiero un huevo.