sábado, 5 de septiembre de 2015

Niña.

Yo era una niña soñadora, ilusa. 
A veces busco a esa niña en alguno de mis gestos, en mi risa, en el espejo, en mi manía de jugar con mi pelo. 
A veces desearía que esa niña volviera para sólo poder confiar un poco más en el mundo. 


"Cuando tenga 14 años, me pondré tacones, me maquillaré y saldré a muchas fiestas.
[...] 
Cuando tenga 16 años, me pondré tacones, me maquillaré un poco más y espero tener un novio como el de Miley Cyrus.
[...]
Cuando tenga 18 años, voy a hacer lo que quiera, conoceré a gente nueva, viviré el verano de mis sueños con su historia de amor de película."


Ahora, con 19 años los tacones me estorban, Miley Cyrus representa todo lo que no quiero ser, el  maquillaje es incómodo y no siempre sale bien, no siempre lo que quiero hacer es lo que debo hacer y las historias de amor no son como las pintan. No.
Para nada. 
Un novio decía yo. 
No sé ni para qué lo queria. 
Bueno sí. 
Para que me invitara al baile de fin de curso (en España no existen), para que viniera a  mi puerta con un ramo de flores, para que  me llevara a la playa hacer un picnic, para yoqueséquémariconeriasmeimaginada. 

Ahora, con 19 años, he comprobado que la vida es más zorra de lo que me creía, pero aún así, yo soy más astuta. 
He comprobado que el amor es eso que aun no he conocido del todo. Los novios no caen de los árboles y si no, ruego que me digais dónde se encuentra un árbol de esos, he comprobado que los veranos pueden traer mucho más que amigos, borracheras e historias de amor. 
He comprobado que muchas de las ilusiones que tenía no son nada comparadas con la realidad, que muchas veces, es mejor. 
La verdad es que con 14 años no me imaginaba mi vida como es ahora, quizás me la imaginaba mucho más feliz. 
Me imaginaba un grupo grande de amigos con los que me iria de viaje al fin del mundo. Y allí es a donde llegaria por mis amigos reales, por mi "no-gran grupo" de amigos. 



Esa niña pensaba que más allá de su barrio toda la gente era buena. Creia que existían los amores de verano que olian a historia con final feliz. Soñaba con una vida de en sueño que tenia como banda sonora su risa. hacía viajes interminables a Nueva York, París, California, con una maleta llena de buenos momentos por vivir. Jugaba con cuidado con sus muñecas para que nadie las rompiera, siendo a ella a quién la romperian más tarde. Hablaba con sus peluches con la esperanza de que éstos le dieran una solución a sus múltiples "problemas". Soñaba con promesas de amistades verdaderas y de amores sin final, prometiendose que nunca rompería esas promesas. Luchaba por buscarse un hueco entre esas personas que representaban todo lo que ella quería llegar a ser sin darse cuenta de que poco a poco, paso a paso, iba construyendo su propio camino. Le dolían los pies de tanto correr detrás de las palomas. Le dolía el pecho de tanto llorar por niños que en ese momento eran su mundo. Le dolían las piernas de tanto levantarse del suelo para poder enseñar al mundo su bonita sonrisa. Sonrisa que no apreció hasta bastante más tarde. 

Aunque sigo sintiendo una obsesión inexplicable por las margaritas y los globos. 

He crecido, no tengo ni tacones ni novio, pero creo que he hecho un buen trabajo cambiando mis perspectivas y dibujando un presente que mi pasado debería de admirar. 

Ponte a salvo, niña. 

Veremos qué trae el futuro. 

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